lunes, 11 de agosto de 2014

El sentido común de la economía capitalista

La mayor desgracia que nos ha caído encima no es la crisis económica, ni tan siquiera que seamos incapaces de ver la salida del túnel, la mayor desgracia es que somos incapaces de idear una realidad alternativa distinta a la que vivimos. Todas las propuestas para arreglar el problema parten de la base de no cambiar el modelo, el sistema, y esa es la desgracia que nos impide salir. El capitalismo ha inoculado en nosotros un sentido común que nos incapacita para pensar otra cosa que no sea capitalismo. Tendemos a creer que la economía es una realidad ajena a lo social, ético, político o religioso, que puede funcionar sin necesidad de plantearse cuestiones sobre si es lícito o no hacer esto o aquello, qué puedo o qué no puedo hacer y cosas de este estilo. Lo único que rige la economía es la máximización del beneficio y la minimización del esfuerzo, cualquier otra cuestión queda fuera del ámbito económico. Un economista sería algo así como un ser racional que sopesa las opciones de obtener beneficios en función de las opciones que le ofrece el mercado, sin pararse a pensar en nada más que los límites que impongan las leyes, leyes que cada vez tienen menos valor en el mundo de la economía por la eliminación de reglas en ese ámbito. Por tanto, un ser racional solo debe buscar el máximo beneficio, ese es el sentido común de la economía capitalista, ese es el sinsentido que nos ha llevado hasta esta situación.

En 1910, un predicador y economista británico, digno sucesor de aquella magnífica escuela de pensamiento, cuando aún no se había separado la economía de la moral, dio en el clavo del fundamento de la economía capitalista. Él lo llamó el Sentido Común de la Economía PolíticaPhilip H. Wicksteed, The common Sense of Political Economy (London 1910). Fue una obra en dos volúmenes donde deja claro que la economía no es algo ajeno al resto de realidades humanas, pero que avizora el cambio radical que esperaba a la economía en los años 20 del siglo pasado. La clave para entender la economía capitalista no es tildarla de egoísta, no es el egoísmo, la fijación en el beneficio propio, lo que fundamenta la economía, es el non-tuism, el no-tuísmo, la indiferencia por el otro concreto que está al otro lado del intercambio económico, lo que está a la base del capitalismo. Por tanto, el capitalismo es mucho peor que lo hemos imaginado. No es que el hombre capitalista viva encerrado en sus deseos y apetitos, es que vive de la negación del otro, de su anulación. Dos pasajes pueden bastar para ver cómo lo explica Wicksteed:


Book I, Ch.5. 24: The specific characteristic of an economic relation is not its "egoism," but its "non-tuism".


Book I, Ch.5. 25: that is to say, since a man, when he is doing business, is generally only thinking of his own bargain, and how to deal with his correspondent, and not of any one else at all, the exclusion of "tu" is tantamount to the solitary survival of "ego". So that, after all, "altruism" has no place in business, and "non-tuism" is equivalent to "egoism".

Como vemos, la exclusión del es equivalente a la supervivencia del yo, es la posibilidad de su ser como homo oeconomicus. No hay lugar para el altruismo en los negocios, sí para la negación del otro como fundamento del yo económico. El sentido común capitalista es algo muy extraño al ser del hombre normal, debe ser forzado para que lo acepte, para que acepte que su ser crece cuando niega a otros, que su yo no es un proyecto común que se inserta en una historia, una sociedad y un mundo previos a su mismidad. El gran mal que nos inocula el capitalismo no es sólo el egoísmo, es el no-tuísmo, es la negación del otro, es la mismidad egolátrica y solipsista. El capitalismo es el hijo económico del proyecto rupturista de la modernidad cartesiana y con ella debe morir.

El verdadero y único sentido común humano es el que se sabe unido a un mundo natural que es su base y su asiento más seguro; es el que se comprende como un ser hijo de un pueblo, una historia y un proyecto de amor vinculado y relacional. El sentido común humano se expresa en las tradiciones y enseñanzas de los pueblos: no tomar más de lo que necesitas, respetar a los otros, dar cuanto te sobre y no pedir lo que no se necesita. En último lugar, el sentido común humano responde a una sabiduría ancestral que nos ha puesto aquí evolutivamente y cuya negación nos sacará de este planeta. Hay una contradicción esencial entre lo humano y el capitalismo que hemos de elevarla al rango de máxima legal, de modo que quede prohibido el capitalismo como sistema económico y social para todos los siglos. O eliminamos el capitalismo o este nos eliminará a nosotros.

2 comentarios:

checha dijo...

Un tópico muy apropiado: "el sentido común es el menos común de los sentidos".
Tú lo has dicho, estamos inoculados de pérdidas y ganancias, pero no de seres, de amigos, de vidas, ¡no!.
Pérdida y ganancia han pasado a ser términos económicos (pérdida de tiempo por estar con alguien que lo necesita, mientras podría hacer cosas MAS PROVECHOSAS que me reportasen algún beneficio personal).
NITUÍSMO, buena palabreja en tiempos de ÍSMOS.
Muchas gracias, Bernardo.

Fran dijo...

Me encanta cómo expresas y relacionas ideas y valoraciones que comparto, pero que en mi interior permanecen como sensaciones y certezas, que tanto me cuesta expresar cuando surge la ocasión.

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